Compositores, matemáticos y programadores crearon un algoritmo que permitió acercarse a lo que el ilustre compositor alemán hubiera, quizá, querido terminar.
Por Agustín Argento
Ludwig van Beethoven, una de las mentes más brillantes de la historia de la música, falleció en 1827 con su Décima Sinfonía inconclusa, y tras años en los que músicos intentaron completarla, un grupo de compositores, matemáticos y programadores crearon un algoritmo que permitió acercarse a lo que el ilustre compositor alemán hubiera, quizá, querido terminar.
La pieza tendrá su presentación oficial en sociedad el próximo 9 de octubre con un concierto de la Beethoven Orchestra Bonn, la ciudad alemana en la que nació el genial artista, y con el lanzamiento de un disco titulado “Beethoven X – The AI Project” del que ya puede escucharse el adelanto de su tercer movimiento.
“Beethoven en general trabajaba en dos sinfonías al mismo tiempo y cuando él terminaba la Novena Sinfonía, la famosa con la melodía de la ‘Oda a la Alegría’, estaba trabajando también en la décima. Pero no vivió lo suficiente y lo que quedó fueron algunas ideas a las que se le llamaron bocetos, y esos bocetos son todo lo que tenemos”, relató en exclusiva a Télam desde Viena, Austria, el director del proyecto, Matthias Röder.
La idea, explicó Röder, director de la consultora The Mindshift y miembro de la Fundación Karajan, surgió de una propuesta de la Deutsche Telekom, que, en diálogos con él, quería patrocinar algún proyecto que combine la inteligencia artificial con el arte.
“Lo primero que hicimos fue revisar todas las fuentes musicales en el boceto. Había alrededor de 40 ideas. Tuvimos que revisarlas con colegas para preguntarnos si había suficiente música como para comenzar a escribir una sinfonía de eso. Luego, buscamos la tecnología y evaluamos si podíamos usarlas para recuperar los bocetos y continuarlos en el estilo de Beethoven”, indicó.
El impulsor de la obra señaló que el proceso inicial llevó alrededor de cinco meses hasta que tuvieron la primera nota creada por la inteligencia artificial. En el camino trabajaron con referentes de las disciplinas de la musicología y ciencias de las computación, y comenzaron la preparación de los datos para entrenar el modelo, en un proyecto que involucró a cerca de 100 personas.
– ¿Cuál fue la relación entre los músicos y los programadores?
– Cuando tenés un proyecto que involucra músicos, programadores y cientistas de la computación, lo primero que tenés que hacer es encontrar un idioma en común, porque los músicos hablamos de ciertas métricas o desarrollos o recapitulaciones o temas y los programadores se quedan como “¿de qué están hablando?”. Lo mismo cuando hablan de modelos de regresión, funciones o inputs y outputs los músicos se quedan igual. Entonces, encontrar un idioma para poder hablar uno con el otro es algo muy importante para el proyecto, entonces nos tomó un tiempo. Estábamos todos los días en (el servicio de mensajería) Slack, en conferencias telefónicas dos veces por semana… Diría que la comunicación fue la mitad de la preparación, en verdad.
– ¿Qué te decían los músicos?
– Todos los que te cruzás en algún momento te dicen “¿por qué estás haciendo esto? Porque la música debería salir del corazón, debería hacerse por humanos y no por máquinas”. Yo respeto esa manera de ver y entiendo de dónde viene, pero también me gustaría proponer que usar tecnología también es parte de ser músicos y de hacer música, porque la música en general está expresada con ayuda de la tecnología. Un piano no es nada sin tecnología, un órgano es un gran instrumento tecnológico. Las computadoras también lo son y para mí son una extensión natural de lo que la gente viene haciendo desde hace siglos.
– Si Beethoven estuviera vivo, ¿qué opinaría sobre tu proyecto?
– Creo que no podría escucharlo, esa es la primera cosa a mencionar, entonces debería buscar el output de la computadora, que es un archivo MIDI, y probablemente no podría entenderla tampoco (risas). Dejando de lado las bromas, creo que Beethoven no estaría contento probablemente. ¿Por qué? Porque no estaba ni contento con su propia música al final y siempre la cambiaba y siempre quería hacer algo distinto. Al final creo que le gustaría la idea de que ahora podría componer con una computadora y extender la música. Creo que Beethoven hoy usaría este tipo de tecnología para sus composiciones.
– ¿En qué porcentaje estaba terminada la Décima Sinfonía y cuánto fue generado por tu proyecto?
– La manera en que trabaja la IA es tomando como un input los bocetos que Beethoven escribió y después continuarlos, entonces en nuestra versión de la Décima Sinfonía vas a tener momentos que son completamente de Beethoven y otros que son completamente la IA en el estilo de Beethoven. Diría que el 5% es original de Beethoven y el resto es de la IA. Hay bocetos que solo tenían líneas melódicas y la IA creó también las armonías y las melodías que acompañan, en ese caso diría que es 3% de Beethoven y 97% de la IA.
– ¿Qué clase de tecnología usaste en el proyecto?
– Lo que usamos es un sistema que nuestro equipo armó especialmente y también usamos, obviamente, algunos componentes de tecnología que ya existía. En general es una red neuronal artificial que usa lo mejor de los dos mundos, tanto de música como del lenguaje. Eso nos permitió crear secciones musicales realmente largas coherentes y que tengan sentido. La mayoría de los otros sistemas de IA que revisamos y que nos convencían al hacer secciones largas tendían a ser repetitivos o a estancarse, o también ir a lugares que no tenían sentido. Estamos muy orgullosos de esta tecnología.
– En tu opinión, ¿cuál va a ser el rol de la tecnología para componer música, producirla y democratizarla?
– Si me preguntás cuál es el rol de la tecnología para componer música, especialmente en el futuro, diría que vamos a integrar todas las nuevas tecnologías de a poquito en los procesos de composición y se van a volver naturales. Ahora para el compositor trabajar con IA sigue siendo raro y una excepción, pero creo que en el futuro los compositores van a escribir sus ideas en la computadora y van a trabajar en conjunto. Creo que es una ayuda para los procesos creativos. Creo que abre muchas posibilidades para profesionales, pero lo que es más importante es que tenés mucha gente que ahora no puede expresarse en música porque necesitan mucho entrenamiento y la IA y otras tecnologías los van a ayudar a expresarse y crear música rápido. Va a democratizar la música, es algo hermoso que todos puedan ser músicos.
Télam.